Cinco años y un día...

Cinco años y un día, resulta ser una frase perfecta para esta auto condena llamada Universidad.

Resulta tan lejano aquel día en que comenzamos a recorrer este camino que nos llevaría hacia una nueva carrera, cuando con alegría veíamos el inicio de un nuevo desafío que tendríamos que cumplir.

Ramos que en el papel se leían excelentes, expectativas que supongo que a muchos llenaron por completo, nueva gente por conocer, nuevas cosas por aprender, talentos a desarrollar, pulir y ocupar.

¿Pero cuanto tiempo ha pasado ya?... ¿Cinco años y un día?

Más o menos tiempo creo que ya da igual, si bien es cierto las expectativas económicas siguen siendo la gran maravilla de un nuevo pedazo de cartón colgado en la pared. Pero… el tiempo que ya pasó, no regresa más. Esa gente que se fue de nuestro lado mientras nos preocupábamos por llegar temprano a clases, aquellas invitaciones para conversar un poco de la vida, este descuido inevitable de nuestro circulo intimo o tan solo esos minutos que alguna vez nos sobraron, para dedicarlos a hacer nada, es algo que hace falta.

Se acabaron los fines de semana con los amigos, la familia o en plena soledad. La Universidad que muchos pagamos mes a mes, se ha convertido con el paso del tiempo en la tortura más cara de algunas de nuestras vidas.

El colapso mental de algunos de nosotros ya se ha hecho evidente, la frase “NO QUIERO VENIR MÁS”, es lo único que se pasa por mi cabeza cuando me dan las 6.30 de la tarde y estoy seguro que no soy el único del gran grupo que comenzamos esta carrera… y que poco vamos quedando.

Ya queda tan solo (si Dios y el coordinador quiere) un año… muy poco si lo vemos fríamente, pero estoy seguro que será el peor año de todos, el más largo, el más malo, donde ya no quiero hacer nada… un año pasa volando, pero éste andará gateando día a día.

Ramos chantas, clases para dormir, más de algún desacuerdo con los compañeros y trabajos que nunca entregaré.

No puedo dejar de reconocer que como en toda cárcel, se conoce gente que siempre se recordará con mucho aprecio, los compañeros por ejemplo (los que quedamos), se también que en unos años más, extrañaré esta aburrida monotonía de la “U”… pero hoy, es día de queja y YA NO QUIERO IR MÁS.

En este tiempo he perdido ciertas cosas que ya no se pueden recuperar y ahora que estoy a punto de salir, me doy cuenta que en el afán de saber que hola se escribe con H, que en radio se escribe con LOC, que en televisión hay algo llamado “primer plano”… perdí gran parte de lo que “amaba” estando dentro de estas “jaulas”, mientras otros lo encontraron en sus aulas.

Que contradicción… a las aulas solo le falta la J.
Cinco años y un día… ¿quien lo hubiera pensado? Y ya queda tan poco que cada día parece una eternidad…

Solo espero que con plata se compren huevos despues.... Porque puta que estoy aburrido.

Viajero Chile... Relajandose pidiendo regalos de Cumpleaños...