EL INMENSO AZUL

Si bien es cierto llevo buceando hace algunos años, siempre y como norma básica del buceo es que nunca andes solo, nunca se sabe lo que bajo el agua puede pasar, y lo más seguro es que allí nadie te pueda ayudar… pero como todo el mundo sabe, hay ocasiones en que eso no se respeta mucho, (bueno de una cierta forma si).

Este fin de semana ocurrió algo muy particular en Las Tacas, era el ultimo buceo de mi amigo JC, que necesitaba para certificarse como buzo avanzado y como es de esperarse en quienes gustan de este deporte y que no lo practican regularmente, el abandonó el agua mucho tiempo antes que yo. Me di cuenta que el estaba quedando con poco aire en su tanque y aquello se lo señaló al instructor, como yo estaba tan entretenido ahí sacando fotos, me descuide un segundo en tratar de enfocar un cardumen de peces y cuando ya me regresé a verlos, ya se habían desaparecido… ups

La sensación que me dio luego de eso, fue de una tremenda quietud y soledad penetrante hasta los huesos, seguí buceando en dirección de donde vi a mis compañeros por última vez, pero no encontré nada, ni rastros de sus burbujas. La verdad es que no me preocupé mucho ya que sabía que si salía a la superficie encontraría sin problemas el bote.

Continué fotografiando la fauna marina y cuanta cosa se movía, me mantuve a unos 15 metros de profundidad… pero solo. En un momento deje de tomar fotos y comencé solamente a disfrutar del paisaje, de lo que se llama el AZUL del mar. Y ahí comenzó a invadirme esa sensación de insignificancia y de inmensidad del mar en relación a mi, me desoriente un poco, miraba a todos lados y solo veía ese color azul que tanto nos gusta, 40 metros de visibilidad por lo menos, y más allá una cortina de un azul más oscuro y más allá, mas oscuro y más y más… no quería mirar hacia atrás, porque comencé a pasarme hasta la ultima película de terror marino que puede haber.

Tuve un minuto de lucidez y pensé: como chucha alguien o algo se puede orientar así,
Creo que sufrí un minuto de NARCOSIS. Pero la verdad es que aquella sensación difícil de describir ha sido uno de los mejores momentos terroríficos que he podido pasar, de aquellos en que no te quieres dar vuelta, porque en este caso detrás de ti podría pasar en cualquier momento un gigantesco animal acercándose por entre la inmensa cortina azul.

VIAJERO CHILE... BUCEANDO Y FOTOGRAFIANDO CADA DÍA MEJOR