lunes, octubre 30, 2006

La Nueva Alegria de La Casa (Orion... Mi Golden Retriever)


En la mitología griega, Orión, el gran cazador, hijo de Poseidón (Dios del Mar) y Euriale, era conocido por librar al mundo de las bestias, y se decía que era tan alto que incluso podía cruzar el mar caminando por el lecho marino sin perder pie. Sin embargo, su poder, orgullo y prepotencia, le convirtieron en un ser presumido que afirmaba que nadie podría derrotarlo. Tal arrogancia despertó la ira de la Diosa Hera, quien ordenó a Escorpión que lo mordiera en el talón para herirlo de muerte. Escorpión lo mordió y Orión le mató con su garrote. Desde entonces ambos son enemigos y ocupan posiciones diametralmente opuestas en la bóveda celeste: cuando Orión sale, Escorpión se oculta.
Orión está representado por un guerrero alzando su arco y cubriéndose del enemigo con un vellocino. A su lado se encuentra su perro guardián: Canis Mayor.

(Lo malo es que en ninguna parte dice que llora toda la noche y no deja dormir)

jueves, octubre 19, 2006

No siempre nos puede ir mal


El sábado me fui a ver la película Regresiones… pensando en que se trataba de algo relacionado con lo paranormal, viajes astrales y ese tipo de cosas que suelen interesarme de vez en cuando… bueno resulto que la película era en su totalidad un fiasco, un poco más de una hora con ganas de pararme y cambiarme de sala, pero ya en la ultima parte se puso buena la cosa, quienes vimos El Efecto Mariposa y nos gustó, terminaremos encontrando el final de la película muy buena…
Hubieron un par de frases que en el contexto de la película en si, suenan muy bien.

“¿Cuanto Tiempo nos queda?” fue una de las preguntas que más dieron vuelta en mi cabeza en lo que termine de llegar al auto, y la única respuesta para aquello fue “No se, tal vez poco, tal vez mucho, o quizás lo suficiente para seguir aprovechando el tiempo lo mejor posible, como si mañana ya no volviera a estar”

Como dije ayer, no siempre nos puede ir tan mal, la buena o mala suerte es una ruleta que gira en torno a nosotros toda la vida.

¿Solo Dios sabe porque hace las cosas? ¿O es nuestro turno de volver a sonreír?...

En lo Particular creo que me estoy comenzando a cagar de la risa de ciertas cosas que se ponen frente a mí sin buscarlas, o tal vez llegaron demasiado tarde… en fin =)

¿Cuánto tiempo nos queda?... quien sabe… lo que es yo, Tengo que puro comprar una maleta más grande.

Al parecer un nuevo viaje se acerca, una aventura aterradoramente excitante y miles de historias nuevas que contar.



Nunca turista... solo, Viajero... Chile

martes, octubre 03, 2006

Mi Roja Pasión


Aquellas dos esmeraldas no dejaban de observar cada movimiento entre nosotros, un perfecto eclipse de miel y sal devolvían a mi cuerpo las caricias perdidas en el ayer. Podía escuchar la música fuera de aquella improvisada habitación mientras dejaba escapar de mis nublosos ojos una lágrima en consagración de mi regreso atrás.

Tal vez lo imagine, tal vez no… pero ahí estábamos los dos, devolviendo a su dueños cada uno de los besos que por derecho nos habían pertenecido toda la vida. La turbulencia del avión hacia nuestra tarea un poco más fácil, yo sentado, ella sobre mí, nuestros cuerpos desnudos hacían del sudor la perfecta conjugación de un sueño del que jamás hubiéramos querido despertar.

Ella acariciaba mi pelo, mientras mi boca tenía el placer de ser un niño nuevamente entre sus pechos. Éramos uno, sus uñas dejaban marcas imperceptibles en mi piel que no podré borrar jamás, y por su cuerpo, comenzaba a recorrer la esencia de mi amor, que en los momentos de tristeza entre sus poros volvería a brotar, para así florecer en nosotros la telepatía necesaria, y buscarnos otra vez.

Sabia que bajo ese manto rojo que cubría sus ojos, estaba ese pasado innegable, que se empeñaba en juntarnos y que nos ataría de por vida el uno al otro, sabía que tras sus besos, que tras la sensación de esa dulce boca había un futuro incierto para ambos. Pero… queríamos disfrutar de ese instante…

Me abrazaba fuerte como queriendo quedarse junto a mi, que los minutos no acabaran jamás, le susurraba al oído lo mucho que la amaba, trataba de resumir en un suspiro los años de extrañarla tanto y en un gemido respondió cada una de mis preguntas.

Tomaba sus caderas con fuerza, dejando en ellas las llaves de mi hogar. Ella repasaba el camino, marcándolo con suaves mordiscos en mi cuello, una y otra vez… creo que habían golpeado la puerta y ya nada nos importaba.

Aquella pelirroja por fin se había decidido a cruzar el mundo entero para tomar ese avión, y yo había soportado la tempestuosa personalidad de la más tierna mujer y nada nos podría interrumpir, ahora que calzábamos nuestros deseos en un profundo abrazo.

Cuatro paredes cómplices que miraban en nosotros el deseo, que nos resguardaban de las miradas, que atesoraban nuestros susurros y dejaban entrar por sus rendijas el aire que nos dio la vida por todo ese tiempo.

Tal vez lo soñé, pero ahí estaba yo… en ese caluroso cuarto…

Viajero Chile