SOY UN TRUAN, SOY UN SEÑOR
Confieso que a veces soy cuerdo y a veces loco… y amo así la vida y tomo de todo un poco… me gustan las mujeres, me gusta el vino (y el ron).
Canta Julio Iglesia mientras tomo entre mis labios un relajante y maldito cigarro, creo que mi nombre viene de él, aun que a esta altura puede que sea solo una leyenda, más que una certeza. Lo cierto es que sigo escuchando su música después de todos estos años, el sonido arrastra recuerdos que están tatuados en mi piel desde que tengo memoria, una casa sobre aquel cerro de Renca, un piso de madera un poco hundido y una mamá cocinando al compás de este ya legendario seductor, (os amo, os quiero os adoro).
Hace mucho frío para salir a comprar una coca cola, para terminar con el ron que me mira cada fin de semana fijamente a los ojos, prefiero acariciar una taza de café bien cargado y así ayudar con la tarea de cada semana de cátedras, (Julito Iglesias aun sigue llorándole a alguna mujer que a esta altura de la vida ha de tener unos 70 años). Escaneo las fotos de cuando tenia entre 2 y 5 años, ya están todas amarillas y en muy mal estado, parece tan lejano aquel tiempo… al menos me alegro que alguna vez me quedaba bien la sunga.
Vaya, Julito Iglesias no se le ocurre nada mejor que cantar “33 años” y me recuerda que tengo media vida (según el) 33 años como usted, quien lo diría. Que nostalgia me da, me detengo un momento entre tanto Flash y Fireworks, para recordar aquel tiempo, como en una marquesina pasan por mi cabeza las escenas de mi vida, no se me había ocurrido pensar en ese tiempo atrás, cuando alguna vez quería ser mayor (como la canción), que divertido.
Los minutos pasan y me tiré a huelga y no quiero hacer nada, Julito sigue cantando y lo puedo ver seduciendo a cuanta vieja pueda llevarse a la cama durante la noche (no son muchas eso si). Me niego a salir por la coca cola que me pide la botella de Ron que tengo escondida de mis amigos.
La ventana del Flash parpadea como preguntando a que hora terminas para irme a dormir, pero no hago mucho caso, prefiero ir por otro café, fumarme otro pucho y cantar con mi tocayo, UN CANTO A GALICIA HEEEEEEEEEYYYYYYY
Deben ser como mil años que no escuchaba estas canciones, y me las se todas, puede ser que la leyenda que me pusieron Julio por Julito Iglesias era cierta. Bueno como sea, me toco mejor suerte que a mi hermano, a ese si se lo cagaron feo.
Canta Julio Iglesia mientras tomo entre mis labios un relajante y maldito cigarro, creo que mi nombre viene de él, aun que a esta altura puede que sea solo una leyenda, más que una certeza. Lo cierto es que sigo escuchando su música después de todos estos años, el sonido arrastra recuerdos que están tatuados en mi piel desde que tengo memoria, una casa sobre aquel cerro de Renca, un piso de madera un poco hundido y una mamá cocinando al compás de este ya legendario seductor, (os amo, os quiero os adoro).
Hace mucho frío para salir a comprar una coca cola, para terminar con el ron que me mira cada fin de semana fijamente a los ojos, prefiero acariciar una taza de café bien cargado y así ayudar con la tarea de cada semana de cátedras, (Julito Iglesias aun sigue llorándole a alguna mujer que a esta altura de la vida ha de tener unos 70 años). Escaneo las fotos de cuando tenia entre 2 y 5 años, ya están todas amarillas y en muy mal estado, parece tan lejano aquel tiempo… al menos me alegro que alguna vez me quedaba bien la sunga.
Vaya, Julito Iglesias no se le ocurre nada mejor que cantar “33 años” y me recuerda que tengo media vida (según el) 33 años como usted, quien lo diría. Que nostalgia me da, me detengo un momento entre tanto Flash y Fireworks, para recordar aquel tiempo, como en una marquesina pasan por mi cabeza las escenas de mi vida, no se me había ocurrido pensar en ese tiempo atrás, cuando alguna vez quería ser mayor (como la canción), que divertido.
Los minutos pasan y me tiré a huelga y no quiero hacer nada, Julito sigue cantando y lo puedo ver seduciendo a cuanta vieja pueda llevarse a la cama durante la noche (no son muchas eso si). Me niego a salir por la coca cola que me pide la botella de Ron que tengo escondida de mis amigos.
La ventana del Flash parpadea como preguntando a que hora terminas para irme a dormir, pero no hago mucho caso, prefiero ir por otro café, fumarme otro pucho y cantar con mi tocayo, UN CANTO A GALICIA HEEEEEEEEEYYYYYYY
Deben ser como mil años que no escuchaba estas canciones, y me las se todas, puede ser que la leyenda que me pusieron Julio por Julito Iglesias era cierta. Bueno como sea, me toco mejor suerte que a mi hermano, a ese si se lo cagaron feo.
Viajero Chile... Siempre hay porque vivir y porque soñar :)